17 mayo 2007

Szoborpark


La polémica desatada entre Estonia y Rusia a raíz de la retirada de las calles de Tallín de una estatua comunista (el soldado de bronce), que ha llegado incluso a provocar una crisis diplomática entre la Unión Europea y la Federación rusa, podría hacernos pensar que Estonia ha sido pionera en desafiar a la gran Rusia eliminando las estatuas y monumentos glorificadores de la época soviética. Nada más lejos de la realidad, Hungría es un ejemplo.


A varios kilómetros de Budapest se encuentra uno de los más grandes cementerios de estatuas comunistas, el Szoborpark o Statue Park, en el que los húngaros reunieron las representaciones de los grandes líderes del movimiento, y que fue creado para "preservar la memoria de la Revolución de 1956" y "como símbolo del cambio político de 1989-1990".

El Statue Park o también llamado 'One Sentence of Tyranny' Park (Parque 'Una frase de tiranía'), inaugurado en junio de 1993, es sólo una parte del inacabado Memento Park, un grandioso proyecto del arquitecto Ákos Eleöd que quedó paralizado en 1994 y que se erigía en torno a la Witness Square.


La Witness Square se trataba de una plaza trapezoidal cuyo lado más grande la formaba la fachada del memorial (la única parte que se llegó a construir, que hoy es la entrada al parque y que alberga las estatuas de Marx, Engels y Lenin). Los dos lados iguales del trapecio lo formarían edificios que hubieran albergado dependencias turístico-artístico-educativas, tiendas de souvenirs, salas de lectura y de exposiciones, escenarios, etc. Junto al lado más corto del trapecio, se hubiera erigido un pedestal sobre el que estarían las botas de Stalin, sólo sus botas, nada más.

El parque lo visitan anualmente unas 40.000 personas, divididas en partes en iguales en húngaros y extranjeros, para ver las 42 obras comunistas que allí se exhiben y entre las que no hay ninguna dedicada a Stalin ya que la única estatua del sátrapa soviético que existió en Budapest fue destruida durante la Revolución de 1956.

Otras fotos: 1, 2, 3, 4.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué duro les tocó vivir todo esto a los húngaros. Qué bueno que destruyeron la estatua de Stalin, ojalá hubieran destruido todas, solo recuerdos dolorosos les traen. Pero bueno, es su historia...
Excelente que todo esto esté fuera de Budapest.