Patologías varias

El País dedica hoy su editorial al zafio asalto de la tumba de Gregorio Ordóñez del pasado fin de semana. De entre las acertadas sentencias del artículo destaco la acusación a Batasuna de ser incapaz de obviar su hipócrita denuncia del "montaje político y mediático" organizado para "perseguir y castigar a la juventud vasca y a la izquierda abertzale".

El editorial, sin embargo, yerra desde su inicio y hasta su conclusión final. El País habla de forma sistemática de un sociedad enferma (lo titula además con esos dos términos), asegura que el hecho de que los que profanaron la tumba son "ocho adolescentes de entre 14 y 16 años" convierte al acto siniestro "en síntoma de una sociedad enferma".

Cuando el político donostiarra fue asesinado, quienes se ensañaron con su tumba sabían poco más que aquello de que la L con la A hace LA . Eso es un problema social, efectivamente, y lo es en tanto en cuanto que afecta a la sociedad vasca que criaturas como estas se críen con el biberón del odio bajo el brazo. El aletargamiento de los vascos en este tipo de casos y otros mucho más cotidianos es innegable, pero hablar de la enfermedad de una sociedad es un exceso en toda regla.

¿Está enferma la sociedad vasca o son los jóvenes de la izquierda abertzale radical quienes siguen siendo víctimas de esa patología totalitaria?