10 noviembre 2006

División


Que el proceso de paz hace aguas a nadie sorprende ya. Además de largo, duro y difícil, como vaticinó Zapatero, el proceso está crispado, y mucho. El cruce de acusaciones e improperios de ayer lo demostró y ha supuesto un salto cualitativo. La estrella que más brilló, Arnaldo Otegi.

El líder de Batasuna soltó, sin ruborizarse y en un tono más que obsceno, que la condena al etarra De Juana Chaos (rebajada de 96 a 12 años) hace imposible el proceso, imposible. La gloriosa cita no sorprendería tanto si, como viene siendo habitual, la advertencia no se la hiciera al Presidente, como máximo líder del proceso.

La cuestionable formación democrática del batasuno se pone una vez más de manifiesto cuando éste advierte al jefe del Poder Ejectutivo de las consecuencias que pueden traer las decisiones del Poder Judicial.


A este repecto, surgen dos preguntas. O bien Otegi no sabe qué es la división de poderes o, conociéndola, no le interesa.

Si Rousseau levantara la cabeza...

1 comentario:

Antonio Martínez Ron dijo...

Se daría con la tapa, claro.