Dicen que el naranja simboliza el calor y la prosperidad, que representa la puesta en movimiento, la masculinidad, la lucha, la energía, la fiebre y, entre otras cosas, el fuego. Es el color del Mundial 82 y Naranjito, de la revolución en Ucrania y también de la nueva imagen del Partido Popular.
La tendencia en Génova a utilizar el naranja es cada vez más evidente, en detrimento del azul, que está dejando de ser la seña de identidad de los populares. La razón es que quieren hacer más creíble su giro hacia el centro y la modernidad.
El naranja ha hecho que el PP dé calor porque, para ser honestos, han conseguido caldear muy mucho el ambiente. Ha proporcionado al partido masculinidad porque, como dice mi prima Montse de Olot, "hay que tener collons para hacer lo que hacen", y fiebre, como la que sufren Piqué o Gallardón tras más de un tirón de orejas.
También dicen del naranja que actúa en dos frentes, a nivel digestivo y respiratorio. Como color cálido que es, produce una ligera tranquilidad y sosiego, pero unido al PP, a nivel digestivo, más de una úlcera provoca en Ferraz, y corta la respiración a no pocos catalanes.
¡Prima, hazme un zumo!
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario